26 October 2010

LA GRAN CRISIS DE ESTRELLAS DEL POP MARICA DEL SIGLO XXI: GARRAPATAS MUSICALES


El escaparate del pop mainstream está copado, actualmente, de señoritas por las que no daría ni un sólo céntimo: Katy Perry, Rihanna, Kesha y si me apuras hasta Lady Gaga. Negar su hueco en el universo moña sería de idiotas... Hot & Cold, Umbrella, Tik Tok o Telephone bien lo merecen, pero ¿Qué queda tras esa estela? ¿Cuánto de su currículo resultará relevante dentro de diez años? ¿Debe ser una buena canción el motor de un mal disco? ¿Éxito musical o publicitario? ¿Nos merecemos a estas estrellas de la música? Demasiadas preguntas para un Formspring inexistente.

Voy a intentar plantear una situación hipotética, por descabellada que pueda parecer, con características similares a las ocurridas durante la gran crisis financiera de 2008, extrapolada a las estrellas manufacturadas de la música marica, en pleno 2010. Vayamos por partes:

  1. Las grandes compañías de discos están controladas por manos que ignoran el quién es quién del universo musical. Grupos financieros que no están dispuestos a auspiciar Artistas, si con éstos no llegan beneficios inmediatos. A costa de quién y lo qué sea.
  2. Ese proteccionismo económico, junto con un escaso sentido de la responsabilidad cultural, genera que las compañías opten por utilizar a personajes que, si bien no sobresalen en ninguna faceta artística, sí conectan con la parte de mercadotecnia. El objetivo pasa por utilizar la música (de rentabilidad variable) como lanzadera para obtener contratos publicitarios (show business, en definitiva) a través de los cuales el 'artista-garrapata' pueda beneficiarse doblemente: obteniendo suculentos ingresos y por otro parte, aumentando su fama. Cuanto más reconocimiento público, más spots y más discos, insistiendo en la cuestión de que los discos no importan cómo y de qué manera se hagan, pues la seguridad económica que produce tener diversos contratos publicitarios resta autoexigencia en el proceso creativo, al fin y al cabo, la música sólo es una excusa para que la máquina de hacer billetes siga en marcha.
  3. Y llegamos al climax: dado lo rentable que resulta para la industria colocar en el mercado una infinita lista de 'artistas-garrapata', sin medida, podría desencadenarse (y está ocurriendo) una sobre-explotación de las mismas. La sobre-explotación de productos similares dirigidos a un mismo tipo de público acabaría en una gran devaluación.
  4. Si las garrapatas se devalúan, el negocio de las discográficas entraría en recesión, no sólo por el desinterés del público y la pérdida de todos esos golosos contratos publicitarios; también por la incapacidad de reacción de la propia industria, que hasta la fecha sólo había invertido en un único perfil artístico.
  5. Resolución satisfactoria e improbable: sin otra alternativa marica-mainstream, que ofrecer, al no haber sido precavidos, los sellos restringirían sus inversiones apostando únicamente por valores seguros, encontrándose estos en dos tipos de artista: los consolidados de toda la vida pero con clara tendencia a la baja hasta ese momento (Madonna o Britney, ejemplo de títeres clásicos con repertorio sólido e interesante) y las auténticas curritas de la maquinaria POP, despreciadas y en ocasiones maltratadas por las grandes discográficas, utilizadas para inspirar el trabajo de todas esas 'artistas-garrapatas', ahora muertas. El triunfo final de Annie, Robyn, Roisin y tantas otras...

No comments:

Post a Comment